Publicado: Jueves, 31 Mayo 2018

Desafíos que han de concretarse en opciones

Tras la visita del P. General a Madrid, Valladolid, Villagarcía y Alcalá, hemos tenido la ocasión de renovar elementos del Cuerpo de la Compañía en los subrayados que nos quiso trasmitir: nos realizamos en la “unión de ánimos”, debemos "preservar la tradición como memoria y no como peso”, la Iglesia se fija más “en el poder de los signos que en los signos del poder”, junto con los desafíos de la reconciliación, ecología, vocaciones,… se articulan nuestras respuestas para buscar "mejores estructuras para nuestros apostolados” y profundizar en el “sujeto apostólico” con jesuitas y laicos.

De ahí surge nuestro proceso de planificación. Los grupos convocados están trabajando muy bien y generando distintos documentos, hasta el momento en estado de borrador: el documento de contemplación de la realidad, el que recoge las características de las obras de la Compañía, la propuesta de ejercicios para este verano, criterios para el desarrollo de las Plataformas apostólicas, etc. Como sabéis, se ha ido solicitando contraste sobre estos borradores a distintas instancias de la provincia: comunidades, sectores, delegados de sectores y de plataforma. Deseo agradeceros vuestra contribución. Asimismo deseo agradecer muy especialmente la dedicación que están mostrando las personas –jesuitas y laicos– que participan en los distintos equipos y que están haciendo posibles los pasos dados. Estas personas han asumido con gran generosidad tareas complicadas que se les han confiado a mitad de curso.

Pero quiero subrayar que este proceso se inscribe en uno mayor, al que esta planificación apoya, de discernimiento de la voluntad de Dios sobre nosotros en nuestro tiempo concreto, como nos invitaba el P. General. En el mes de junio, la Compañía abandona Palencia. Es un momento de despedida y de agradecimiento por tanto bien recibido. Es admirable el modo de afrontar la situación de estos compañeros jesuitas que han vivido el desenganche con verdadero espíritu y generosidad. Al final, son nuestras actitudes interiores, nuestra oración, limpieza de intención, generosidad e indiferencia las que nos ayudarán a avanzar por el buen camino, sea abriendo frentes o retirándonos. En definitiva, se trata de fortalecer este cuerpo apostólico para ofrecer un mejor servicio al Reino. Os pido que sigáis orando por este proceso y en lo que esté en vuestra mano, colaboréis positivamente con él, con vuestro trabajo y vuestra actitud.

Antonio España, sj

 

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